Origen del caballo y su comportamiento en estado natural

El caballo tal como lo conocemos hoy desciende de un pequeño animal primitivo con cuatro
dedos que habitaba en las orillas de los ríos hace aproximadamente 50 millones de años.
Desde aquel entonces hasta el actual caballo pura sangre inglés se han producido cambios
dramáticos en su estructura, forma y función. Un claro ejemplo de ello es el hecho de que los
cuatro dedos quedaron reducidos a un solo dedo robusto (extraído del libro“ El caballo”. Ed.
Acribia 1979 Autor: Evans)
En estado natural los caballos pastorean 16 horas por día, alternando con caminatas y corridas en
grandes extensiones. La frecuencia de alimentación puede variar según factores climáticos,
momentos del día y la disponibilidad de forraje, entre otros factores, siendo el periodo de ayuno
nunca superior a las 3-4 hs.
Viven formando grupos llamados manadas, estableciendo vínculos de comunicación por medio de
sus sentidos y manteniendo una jerarquía social de dominancia. El líder es la yegua más vieja y el
padrillo es el dueño y protector de la manada.

El caballo a box
Cuando el caballo se encuentra dentro de un espacio tan reducido como es un establo, debe
modificar sus instintos naturales de alimentación, hábitos y conductas que le eran propias en su
vida en libertad.
El confinamiento a box puede dar origen a distintas alteraciones propias de niveles elevados de
estrés durante un periodo de tiempo prolongado, derivando en consecuencias indeseables para
ellos mismos, para los otros animales y para las personas que los rodean. Entre ellas podemos
mencionar: ejercicio insuficiente (menos de 2 horas por día), falta de comunicación con los otros
caballos (visual, auditivo, olfativo), reducción en el tiempo de alimentación ( 1,5 horas por día),
baja ingesta de fibra, elevado consumo de concentrados, aburrimiento, etc.

Entre otras causas frecuentes de estrés podemos mencionar los traumas y/o dolencias de distinto
origen, el transporte, los esfuerzos extenuantes, las medicaciones para enmascarar la sensación de
fatiga (doping), que aunque prohibidas, se siguen utilizando con mucha frecuencia, etc.
El estrés disminuye todos los mecanismos naturales de defensa, predisponiendo a padecer
distintas enfermedades y comportamientos indeseables. Ejemplos de estos últimos son masticar
continuamente, lamer las paredes, caminar dentro del box, tragar aire, patear las paredes,
hamacarse hacia los lados (llamado por ello “mal del oso”), manotear, morder, automutilarse,
negarse a subir al trailer, no dejarse agarrar, por nombrar algunos de ellos.

Consejos prácticos para la estabulación

A continuación se mencionan algunas recomendaciones generales con el fin de minimizar los
efectos estresantes sobre el animal:
El box debe ser amplio (para un caballo adulto de 500 kg. 4×4 metros), luminoso, bien ventilado y
fresco. Se debe prestar especial atención al medio ambiente que rodea al caballo.
Repartir lo que le vamos a dar de alimento por día en tres comidas (recordar que un caballo adulto
de 500 kg. requiere aproximadamente unos 7 kg. de alimento fibroso por día, sea este en la forma
de fardo o rollo). El fardo deberá ser remojado justo antes de dárselo. Con esto evitamos que el
caballo inhale el polvillo que causará irritación de sus vías aéreas y problemas respiratorios. Para
minimizar el aburrimiento y en la medida de las posibilidades, sacar diariamente al caballo a un
espacio abierto, sea un potrero pequeño o corral. Se debe acostumbrar al animal al confinamiento
a box de manera paulatina y con mucha paciencia.
En algunas ocasiones la medicación administrada puede ser el origen de algunos problemas. Por
tal motivo debe ser evaluada. Por último, estar atentos a todas las situaciones que puedan derivar
en maltratos y sufrimientos a los animales. Evitándolos, obtendremos grandes beneficios en todos
los aspectos.
Tener en cuenta que no existen caballos buenos ni malos, existen caballos con más o menos
miedo. Los caballos poseen muy buena memoria y las experiencias negativas con las personas
puede tornarlos agresivos.
Todos sus vicios o comportamientos indeseables son responsabilidad de las personas, por ello, al
comprender su naturaleza y hacer todos nuestros esfuerzos para imitarla, nos permitirá
relacionarnos mejor con nuestros caballos, obtener animales dóciles, equilibrados y fáciles de
manejar, evitar comportamientos y situaciones indeseables, y poder lograr así una óptima
expresión de sus virtudes y buen rendimiento en la actividad que desempeñen.
Recuerde siempre consultar a su veterinario/a de confianza.
“La prevención y la información de calidad son la base de la salud”

Franco J. Lerussi

Médico Veterinario (MP2736)
351-3445283
flerussi@gmail.com