Definiciones, sin veda que valga

ventana Manolo redPor Manolo Lafuente

Ilustración: Ariel Wajnerman

No es autoreferencial. Ya van a ver.

Se venía la hora de Historia, y yo, tranquilo nomás. Pasaba por ser buen alumno (raro, pero no tanto :no era la hora de Lógica), y por tanto iba adelantado al tema del día, leyendo como tres libros sobre Guemes al mismísimo tiempo ( La palabra Caudillo, no  solamente Guemes, ya era desvirtuada y odiada por la historia oficial, defenestrando  el concepto popular y amplio y coincidiendo con Mitre y epígonos contrastando con el concepto que se encarna en la identificación con el pueblo y con el espíritu de la tierra definido magistralmente por Raúl Scalabrini Ortiz).  Además no me iban a llamar a dar clase, porque ya había pasado al frente la semana anterior. Pero el profe dijo “Lafuente” y yo invertí los primeros 5 minutos de los 50 de la clase en saltear, guitarreando, (presagio tal vez de mi futuro musical y periodístico) los 20 años que faltaba para que Don Martín Miguel apareciera en la Historia Argentina.  El gong me salvó. El profe también. En el aula de aquel Manuel Belgrano todavía en la calle Corrientes, dijo: “Sientesé Lafuente. Tiene 9, porque como usted sabe, Guemes no era el tema del día….”

Por entonces entendí  solamente la ironía y el perdón. Con el paso del tiempo, la amplitud del profe Efraín U.  (un urbano raro, por lo campero y campechano) Bischoff, justo, justo  en lo que ayer supimos que era la mitad de su vida,  sobre otra visión de la Historia que no era la suya.

Aunque sobre eso también, y sobretodo, subsistan las vedas. En ese caso, lamentablemente, porque eso se extiende a la política, a la razón y al corazón: a la vida. En este caso de estos días, respetablemente (y dolorosamente, en un Rosario que esta vez está más cerca que en la canción, Fito).

Definamos, entonces, aunque parezca contradictorio.

Perogrullismo, veda: Espacio de tiempo en que está prohibido cazar o pescar.

Hinduismo, veda: Los cuatro textos sánscritos más antiguos del hinduismo son; El recitar poético, el uso del sacrificio y los cánticos.

Y las definiciones que siguen.

Que ya verá usted a que candidato le cae mejor o peor el sayo, por acción o por

veda

reacción, políticamente, claro. Puede probarse a usted mismo. Haga una serie de puntos suspensivos después de cada definición, escriba allí el nombre de su candidato o anticandidato, y corrobore, ya sin veda alguna el domingo.

Y las definiciones que siguen.

Alguien del que Alain Bosquet, al final de una excelsa nómina de divos del humor negro –Swift, Sade, Lichtemberg, Poe, Lewis Caroll, Villiers de L´Isle-Adam, Latreaumont,  Jarry- escribió esta frase: “Parece, sin embargo, que se nos ha olvidado agregar en esta lista al más brillante, al más sistemático, al más desconcertante de todos. Ambrose Bierce”.

Bierce, al que atacaban como cínico y calificaban como “Bitter” (amargo como el beberaje), definió lo primero y desmintió lo segundo. Definió  que un cínico es un miserable cuya defectuosa vista le hace ver las cosas como son y no como debieran ser. Y profetizó anulando lo de amargo: “¡Ah! Desaparecer en una guerra civil ¡que envidiable eutanasia”. Ese sueño postrero su cumplió como tal: unido a las tropas de Pancho Villa se esfuma, nadie sabe cuando ni como.

Pero no de aquí: va un decálogo de  definiciones en parejas desparejas, según y conforme, el tal y cual, fulano y zutano y….no se olvide de los puntos suspensivos……..

  • Conservador: “Dícese del estadista enamorado de los males existentes, por oposición al liberal, que desea reemplazarlos por otros.”
  • Cobarde: “Dícese del que en una emergencia peligrosa piensa con las piernas.”
  • Candidatear : “Someter a alguien al más elevado impuesto político. Proponer una persona adecuada para que sea enlodada y abucheada por la oposición.”
  • Magnífico: “Dotado de esplendor o grandeza superiores a los que el espectador está habituado: por ejemplo, las orejas de un asno para un conejo, o la gloria de una luciérnaga para un simple gusano.”
  • Fanático: “Dícese del que obstinada y ardorosamente sostiene una opinión que no es la nuestra.”
  • Ineficaz: “Dícese de lo que no está calculado para favorecer nuestros intereses.”
  • Indultar : “Remitir una pena y devolver al acusado a una vida criminal. Agregar a la fascinación del crimen la tentación de la ingratitud.”
  • Economía: “Compra del barril de whisky que no se necesita por el precio de una vaca que no se tiene.”
  • Crítico: “Persona que se jacta de lo difícil que es satisfacerlo, porque nadie pretende satisfacerlo.”
  • Locomaquia: “Guerra en que las armas son palabras y las heridas pinchazos en la vejiga natatoria de la autoestima: especie de lucha en que al vencedor se le niega la recompensa de la victoria porque el vencido es inconsciente de su derrota.”
  • Maniqueísmo: “Antigua doctrina persa según la cual hay una guerra incesante entre el Bien y el Mal. Cuando el Bien abandonó la lucha, los persas se pasaron a la oposición victoriosa.”
  • Masonería: “Orden de ritual secreto, grotescas ceremonias y extravagantes ropas, a la que… han adherido los muertos de los pasados siglos, en incesante retroceso. Actualmente abarca todas las generaciones del hombre, de Adán para acá, y está reclutando distinguidos adeptos entre los habitantes pre-creacionales del Caos y del Vacío.”

Ahá! Con que no sólo  llegaste hasta acá, sino que contaste,  ¡y el decálogo tiene doce definiciones!

Mirá vos!

El de Camilo José Cela, premio Nobel y Cervantes de Literatura, autor entre otras de  “La colmena”, tiene en su “Deberes del periodista”, también doce.

Y no te hablo ni escribo de apostolado alguno, por lo de doce.

Pero sí de tres definiciones de Camilo José Cela.

IV. Callar antes que deformar; el periodismo no es ni el carnaval, ni la cámara de los horrores, ni el museo de figuras de cera.

VIII. Resistir toda suerte de presiones: morales, sociales, religiosas, políticas, familiares, económicas, sindicales, etc., incluidas las de la propia empresa.

XII. No ensayar la delación, ni dar pábulo a la murmuración ni ejercitar jamás la adulación: al delator se le paga con desprecio y con la calderilla del fondo de reptiles; al murmurador se le acaba cayendo la lengua, y al adulador se le premia con una cicatera y despectiva palmadita en la espalda.

Y tres finales para este domingo: pensando, sintiendo y votando,

Y ¡chau,veda!

Daniel Salsano que lo describiera, dijo que «era imposible hacerlo ya que todo Córdoba vivía dentro de don Efraín».

El fb no es lo mío aunque veo que es de muchos. Un color sobre mi tío: Se me ocurre una arista de su diamante. Escribía la historia como de tradición oral, cuenteando, haciéndole vida a los personajes y acuñando «veredas del poniente», «adoquinados de tangos» y otra serie de poesías mundanas para narrar la cruel historia de los próceres y de los crueles. Un simpático tío de mi niñez que en las llevadas y traídas al cole en el milqui every moorning me dejo contares con grisines, prosa, verbo y poesía. Brindo a su salud que andará ya saludando a viejos conocidos.

*Columna publicada sábado 10 y domingo 11 de Agosto en http://www.cba24n.com.ar/

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